La Navidad en la Casa d’Acollida
Las fiestas navideñas vienen rodeadas de compromiso, entrega, ilusión, deseos, familiaridad, buenas intenciones y una constante de luces y decoraciones, que denotan la casi obligatoriedad de un inevitable bienestar.
La escuela, la calle, la multitud de establecimientos, los espacios que frecuentamos y las diversas personas, conocidas o lejanas, que transcurren por nuestras vidas, estos días emiten todos ellos mensajes de prosperidad y alegría. La melancolía, la añoranza, la frustración, la rabia, el miedo, el abandono o la soledad quedan escondidas bajo el manto de color y armonía que parece reinar en los espacios ajenos y lejanos de cada elemento que nos rodea.
Aún siendo conscientes de la dualidad que conllevan las fiestas navideñas para todas las personas atendidas por la Asociación «in via», el equipo técnico de la Casa d’Acollida ha dedicado esfuerzos y entrega a la preparación de las fiestas, acompañando a todas las personas atendidas, validando el malestar que las luchas y los estados vitales suponen en un proceso de recuperación emocional y de autonomía, y garantizando que cada una de las mujeres, adolescentes y niños del espacio pueda disfrutar de un ambiente cálido y familiar, en el que sentirse sujetos activos de su propio proceso.
Así pues, durante las jornadas festivas, las residentes de la Casa d’Acollida han diseñado y elaborados platos típicos propios de las diferentes nacionalidades o costumbres que conviven en ella y han compartido espacios de barquillos, turrones, villancicos, decoraciones, escudella y han hecho cagar el tió para fomentar espacios de distensión y alegría, que han bañado el recurso de energía y amor.
Gracias a donaciones de entidades que trabajan para hacer posible los sueños y las ilusiones de todos los niños, la Casa d’Acollida ha podido disponer de una noche de Reyes llena de golosinas, sorpresas, camellos, lucecitas y papeles de colores, que guardaban miradas de emoción y sonrisas llenas de magia y alegría, tanto de las mayores como de las más pequeñas del espacio.
La Casa d’Acollida ha dedicado y dedica todos sus esfuerzos el adecuado acompañamiento a todas las personas que conviven en ella, al tiempo que lucha por la erradicación de la violencia y para fomentar el buen trato en las relaciones establecidas. Por ello espacios dentro y fuera del recurso cobran sentido y nos permiten seguir apostando por el amor como línea educativa; siendo inevitable que nuestros deseos vayan enfocados a la eliminación de cualquier tipo de violencia hacia las mujeres y los niños de todo el mundo.
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Laura Parés
Educadora de infancia del Servei d’Atenció Integral a la Dona (SAID)