La “manada”: la última migaja de impunidad
La intolerable resolución judicial conocida como la sentencia de «La manada» por la brutal agresión sexual a una joven en Pamplona durante las fiestas de San Fermín continúa trayendo cola. Más de una semana después, la sentencia, por la que la Audiencia Provincial de Navarra condenó, sólo por abuso sexual, a 9 años a 5 jóvenes que violaron en grupo, en «manada» a una joven, ya ha trascendido el ámbito puramente judicial: se han pronunciado, aparte de miles de ciudadanos y ciudadanas indignadas con la impunidad, políticos de todos los colores u organismos internacionales como el Parlamento Europeo. Muchos de los posicionamientos giran ahora en torno a introducir en el código penal español los estándares internacionales sobre violencia sexual.
En la Asociación Invia no nos podemos ni queremos quedar al margen del debate. Como ya hemos manifestado reiteradamente, rechazamos sin paliativos la sentencia y reclamamos una urgente modificación del código penal y la aplicación de leyes útiles y contundentes para luchar contra la violencia machista.
Consideramos que la sentencia, como muchas de las dictadas hasta la fecha que hacen referencia a la violencia sexual que se ejerce hacia las mujeres y los niños, constata el total desconocimiento de los magistrados en cuanto a la violencia machista y sexual y en especial, en cuanto a las consecuencias psicoemocionales y sexuales en sus víctimas. Se evidencia, por otra parte, que la perspectiva de género todavía es un paradigma totalmente ajeno al poder judicial.
Esta desafortunada sentencia ha provocado una serie de efectos colaterales: En primer lugar, la víctima ha sido agredida por segunda vez, porque no sólo se la ha cuestionada sino que no se le ha reconocido el daño sufrido; por otra parte, los violadores disponen de una sentencia que no se ajusta al daño que han ocasionado; y finalmente, el resto de personas que consideramos que una violación supone un atentado devastador contra la psicosexualidad de la persona de la cual, difícilmente se podrá recuperar, hemos quedado nuevamente indignados y decepcionados por un aparato judicial nada preparado profesionalmente para juzgar este tipo de delitos.
Desde la Asociación Invia nos preguntamos cuánto tiempo más tendrá que pasar para que las víctimas de violencia sexual dispongan de sentencias que reparen realmente el daño sufrido; cuánto tiempo será necesario para que las personas encargadas de dictar sentencias dispongan de la formación profesional suficiente como para hacerlo con auténticas garantías; en definitiva, cuánto tiempo más tendrá que pasar para que un delito contra la libertad sexual y la dignidad de las personas tenga las consecuencias que debe tener para los agresores.
Preguntas sin respuesta que desde nuestra entidad y desde numerosos colectivos llevamos tiempo lanzando pero que parece que ahora, por fin, empiezan a tener eco en quien tiene la responsabilidad de cambiar las cosas.
Basta.
Es necesario que esta sentencia sea la última migaja de impunidad para los agresores sexuales y suponga por fin un punto de inflexión.
Es inexcusable plantear una revisión urgente del código penal y la puesta en marcha efectiva de leyes contra la violencia machista en nuestro país.
Es nuestra obligación como sociedad hacer sentir a las víctimas de violencia sexual que el sistema social del que forman parte las reconoce y las valida, las acompaña en su dolor y las apoya en su recuperación psicosexual.
Se lo debemos.
Associació Invia